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 La historia del Palais du Désert Hotel & Spa

“El Desert Palace es un oasis de confort en medio del desierto, un sueño arraigado en la tierra de Tafilalet, un homenaje vivo a la belleza del sur de Marruecos”

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Un sueño nacido de las kasbahs de Tafilalet, convertidas en un oasis de confort y belleza.

En el corazón de los ksours de Tizimi, donde la arena aún susurra las leyendas de Tafilalet, se alza hoy un palacio sin igual. El Palais du Désert Hotel & Spa es más que un hotel: es el fruto de un sueño profundamente arraigado en la historia, la tierra y el corazón de un hombre de la región.

Nacido y criado en una modesta casa enclavada en una antigua kasbah a las afueras de Tizimi, el dueño del Palacio creció con impresionantes vistas de palmerales, muros de adobe y cielos estrellados. De joven, trabajó en un palacio vecino: una revelación. Fue allí donde nació la loca idea de construir algún día su propio "palacio-kasbah", un homenaje vivo a la grandeza del sur de Marruecos y a la legendaria hospitalidad de sus habitantes.


Un sitio elegido con el corazón

Como antaño hacían los constructores de oasis, decidió construir su palacio en el límite del palmeral, donde se alzaban las kasbahs que en su día enriquecieron la región. La ubicación no es desdeñable: los ksur que rodean el hotel cuentan la historia milenaria de Tafilalet, cuna de los alauitas, la dinastía gobernante del reino. Aquí, cada piedra es un recuerdo.

Una Kasbah reinventada como Palacio

La arquitectura, concebida como un puente entre el pasado y el presente, combina la robustez de las kasbahs bereberes con la refinada elegancia de los palacios principescos marroquíes. El estilo se inspira en las residencias reales de los sultanes alauitas, respetando al mismo tiempo los códigos vernáculos del sur.

Entre los materiales nobles utilizados, el tapial ocupa un lugar de honor. Esta técnica de construcción con tierra cruda, típica de las antiguas kasbahs de Tafilalet, se ha modernizado con cuidado y pasión. Construir con tapial significa construir con el alma de la tierra. Este material vivo, aislante natural, ayuda a mantener las habitaciones frescas, a la vez que crea un ambiente acogedor y cálido. Su uso es un homenaje al saber hacer local, un gesto de respeto por el medio ambiente y un deseo de revivir la arquitectura tradicional en un entorno de alta gama.

Fue necesario traer artesanos de Fez y Marrakech, maestros del tadelakt, el zellige beldi y el yeso esculpido, para revivir este saber hacer ancestral. Los materiales se seleccionan con esmero: mármol fosilizado extraído de la región adorna los suelos, mientras que las paredes de tadelakt reflejan la luz dorada del desierto.


Una filosofía de autenticidad

Más que un simple alojamiento, el Palais du Désert es una invitación a vivir Marruecos en su forma más auténtica. El espíritu del lugar se inspira en los valores del sur: hospitalidad sincera, tradición preservada y respeto por la naturaleza.

El entorno es el eje central del proyecto: arquitectura bioclimática, materiales locales, amplios jardines alimentados por sistemas de riego tradicionales. El hotel se integra en su territorio con humildad y ambición.


Un momento suspendido

Quienes tienen la suerte de alojarse aquí siempre recuerdan la magia del atardecer: el cielo resplandeciente con miles de estrellas, el silencio del desierto envuelve el corazón, y un simple paseo entre las palmeras datileras se convierte en un viaje en sí mismo. Es en estos momentos de suspensión que el Palacio revela su alma.

Una visión mirando hacia el mañana

La aventura apenas comienza. El proyecto de expansión busca enriquecer la experiencia inmersiva del visitante integrando más áreas de bienestar, actividades culturales y descubrimientos en el oasis. El Palais du Désert se mantiene fiel a su promesa: ofrecer un remanso de paz donde la comodidad, la tradición y la elegancia coexisten en armonía.





 

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